lunes, enero 02, 2006

Condición y condena

Después de veintiún años circulando sangre por mis venas sigo siendo victimas de golpes por mi arrebato de ilusiones infantiles, condena y condición que me convierten en lo que soy: en estos momentos, solo una mirada triste.

La voz de mis entrañas se hace oír incluso cuando aleja la boca del micrófono para atender a las cuerdas de su guitarra, incluso cuando la distancia y el tiempo confunden los recuerdos con el viento.

Déjalo ser, no quieras hacer de tu pasado filosofía existencial, no te dejes definir por lo que ocurriera ayer pues en ese libro de los recuerdos cada pagina es igual y nada parece cambiar.

M
uere y vuelve a resucitar, fénix de cenizas de papel. Cae y vuelve a caminar, pues el camino es la noche.