Mi alma es púrpura
miles de victimas,
riego de sangre por una victoria.
y media sonrisa que cortara mi rostro
con la abnegación de un destino incrédulo.
sombra bañada de mi propia savia escarlata,
cenizas húmedas de sangre.
Demonio que invadió el cadáver de un arlequín,
profeta que cerró los ojos antes de su muerte.
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