jueves, abril 21, 2005

Perdido

Los días no son faciles, mi sueño sufre trastornos y caigo rendido al pasar el sol su cenit despertando tarde y sin fuerzas. Mis deseos son cada vez menos convincentes para los jueces de mi conciencia y los juglares de la locura y la traición hacen sonar sus voces a las puertas de mi reino.

Ha llegado el día del que perderá todas sus batallas, y uno por uno todos sus miedos se harán presentes y le manifestaran su ira.

He aquí que el de la traición ya me ha consumido, pero no será el único y pronto mi espíritu solo será pasto de la derrota.

Pediré perdón, pero mi perdón no será escuchado pues quienes me oigan sabrán que miento: Lo siento.