martes, abril 19, 2005

Dies Irae

¿Por qué juegas conmigo demonio mal nacido?
¿Quién crees que eres para juzgarme?
¿Qué tengo yo que demostrarte?
¿Acaso no te basto?

Maldigo tus palabras y odio la simpleza de tu voz y odio a quienes la proclaman su palabra y adoran tu nombre. Porque ellos sin pudor ni celo me ofenden igualmente y creen en cierto modo justo mi pesar. Siendo así, yo haré justo vuestro dolor entre mis dientes. Y vuestro lamento será una brisa de amor eterno y besos entre sabanas de seda a mis oídos.

Y tu, ‘tu’ porque prescindiré de cortesías: si crees conocerme no haré menos que creer saber a quien me dirijo, si tuvieras el valor, o cuanto menos el buen gusto, de enfrentarte a mi con tus propias manos y piernas quizás te ganaras mi respeto. Mientras tanto conténtate con que gaste mis palabras en balde alguna que otra noche perdida, para hacerte saber que no quiero ni tu perdón ni tu juicio, pues para mi más noble y real es alcanzar la paz en mi conciencia y la sinceridad en mi sonrisa.

Ojalá existas, para así poder destruirte.

Ilustracion: Elias - Soo-Im

Ilustracion: Elias (Soo-Im)